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3 Consejos para utilizar el correo electrónico de una manera segura

No todo correo electrónico fraudulento es tan fácil de detectar como el de “¡Ha ganado usted tropecientos millones de dólares!”. A veces pueden parecer mensajes totalmente legítimos, aunque en realidad se trate de una estafa o un ataque. Aquí tienes algunos consejos para mantenerte seguro a la hora de leer los mensajes de tu bandeja de entrada.

1. Sé consciente:

Es importante entender que es muy fácil crear un mensaje de correo electrónico que parezca de fiar:

por ejemplo, un mensaje que diga que es de tu banco o de alguien que conoces. Si quieres estar seguro, y comprobar la autenticidad del mensaje que estás leyendo, entonces siempre sigue los siguientes dos pasos.

2. Sé astuto:

Si a través de un correo electrónico se te pide que envíes cualquier tipo de información personal, como una contraseña o un número de identificación, hay una probabilidad extremadamente alta de que haya un estafador detrás de ello. Marca el mensaje como “basura” y bórralo. Si hay un archivo adjunto y estás inseguro, ni siquiera lo abras.

3. Sé cauto:

Si hay enlaces en un correo electrónico, realiza unos cuantos pasos más antes de hacer clic en ellos.

Sitúa tu ratón/mouse sobre el enlace y mira en la parte de abajo a la izquierda de tu ventana del navegador. A veces los comerciantes que hacen publicidad a través del correo electrónico utilizan enlaces que parecen atractivos con el fin de obtener un mayor número de clics. Pero otras veces, es obvio que la URL no es lo que piensas que va a ser. Si esperas ir al sitio web de tu banco, pero la URL comienza con www.kittensaresocute.com, sabrás inmediatamente que no debes hacer clic. No siempre será tan claro, ya que los estafadores se vuelven más sofisticados con el tiempo, pero algunos ni siquiera esperan que lo compruebes. También puedes mirar atentamente si algo se ha escrito incorrectamente, como www.paypall.com (dos “l” en lugar de una), otro signo de timo.

Si no puedes ver la URL cuando te sitúes sobre el enlace, puedes copiarlo y pegarlo en un documento del procesador de textos. Haz clic con el botón derecho sobre el enlace seleccionado y selecciona “Editar hipervículo” del menu que aparece. Seleccionar “Editar hipervínculo” abrirá una ventana del procesador de texto que mostrará la dirección completa a la que dicho enlace te redireccionaría.

Hacer clic en este tipo de enlaces podría ser peligroso, pero si resulta que ya lo has hecho, comprueba bien el nombre del sitio web en la barra del navegador: ten especial cuidado si el nombre del sitio consiste en una dirección IP (ejemplo: “192.168.25.75”) en lugar de un nombre de dominio (ejemplo: “www.ejemplo.com”), ya que en el primer caso muy probablemente el sitio web no sea legítimo. De nuevo, si hay algo mal escrito en la URL (como en el ejemplo de www.paypall.com, cuando Paypal se escribe tan solo con una “l”), no des ningún tipo de información personal en esa página.

Llegados a este punto, también puedes comprobar el certificado de verificación de la página web. Busca el icono del candado en la barra de estado que muestra si estás en una página asegurada. Fíjate también si la URL comienza con “https” en la barra de navegación, cuando realices transacciones en línea.

Si haces clic sobre un enlace pero te sientes preocupado por lo que sea, cierra la ventana del navegador. Siempre puedes ir a una página web directamente, y sin utilizar un enlace (por ejemplo: escribiendo la URL de tu banco) o llamar a la empresa para confirmar si han enviado determinado correo. Si el correo electrónico tiene información legítima —como una alerta de fraude— también debería de aparecer en la web corporativa.